Y cerramos Julio con otra de las grandes leyendas del blues: el maestro albino de la guitarra, el incomparable Johnny Winter. Los presagios no eran buenos. Los agoreros y los que no confían en la evolución personal de las personas lo avisaron y crearon cierto debate en los corrillos y foros habituales. Sin embargo, los conciertos previos de Winter habían disipado toda duda. Winter estaba ofreciendo intensos directos acompañado de una excelente banda. El pasado sabado lo demostró dejando un excelente sabor a todos los amantes del blues-rock que se quisieron acercar.
A lo largo de 85 minutos, Winter y su banda repasaron algunos de los mejores temas que componen su Anthology con un estilo crudo y potente, que sorprendió a más de uno. Acompañan al maestro tres excelentes músicos al que el guitarrista albino puso en ocasiones alguna dificultad para seguirle: Paul Nelson a la guitarra, Scott Spray al bajo y el excelente Vito Liuzzi a la batería.
Lejos de asistir al recital autocomplaciente de un guitar hero, el veterano músico ofreció veteranía y excelencia amén de alguna sorpresa entre sus vibrantes rasgueos a las 6 cuerdas. Temas como "Good Morning Little Schoolgirl", "Blackjack", "Sugar Coated Love", "Red House", "Mojo Boogie" o una soberbia "Highway 61 Revisted" fueron revisitados con fuerza y exceso de decibelios, con un sonido crudo y aspero, donde el blues se engarza con el rock más puro y menos condicionado a las modas. Un concierto que fue creciendo en calidad y que dejó para el final una sesión de slide digna de recordar.
A lo largo de 85 minutos, Winter y su banda repasaron algunos de los mejores temas que componen su Anthology con un estilo crudo y potente, que sorprendió a más de uno. Acompañan al maestro tres excelentes músicos al que el guitarrista albino puso en ocasiones alguna dificultad para seguirle: Paul Nelson a la guitarra, Scott Spray al bajo y el excelente Vito Liuzzi a la batería.
Lejos de asistir al recital autocomplaciente de un guitar hero, el veterano músico ofreció veteranía y excelencia amén de alguna sorpresa entre sus vibrantes rasgueos a las 6 cuerdas. Temas como "Good Morning Little Schoolgirl", "Blackjack", "Sugar Coated Love", "Red House", "Mojo Boogie" o una soberbia "Highway 61 Revisted" fueron revisitados con fuerza y exceso de decibelios, con un sonido crudo y aspero, donde el blues se engarza con el rock más puro y menos condicionado a las modas. Un concierto que fue creciendo en calidad y que dejó para el final una sesión de slide digna de recordar.
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