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Tuesday, May 10, 2011

GORDON´S WAR OST (1973)


Cerramos nuestro paseo por La Guerra de Gordon (1973), haciendo hincapie en su excelente soundtrack a cargo de Badder than evil: una estupenda amalgama de funk, soul, jazz y rythm & blues, repleta de fuerza y apasionado estilo. Desde la balada soul de aires vintage que abre la película Child of Tomorrow (a cargo de Barbara Mason), pasando por el pegadizo Come and dream some paradise (a cargo de New Birth) que ilustra los créditos del filme, sin olvidar excelentes instrumentales como He´ll be there (atención a su sección de viento), Harlem Dreams (reinterpretación groovie del tema central del filme), Tell that man to go to Hell (puro funk urbano memorablemente guiado por un saxo vibrante) o el soberbio Hot Wheels (sampleado posteriormente y a larga el tema más reconocido del album). Una columna sonora ausente en los recopilatorios habituales dedicados a la blaxploitation music pero que debe ser reconocida como uno de los puntales del género.

Saturday, May 7, 2011

LA GUERRA DE GORDON (1973)


Personalidad clave en el cine afroamericano de los 70 con una amplia trayectoria como actor, Ossie Davis realizó durante esa década una serie de títulos donde recogía las esencias del fenómeno blaxploiter pero sin olvidar sus inquietudes políticas y sociales. No hay que obviar que el actor y su esposa, la también actriz Ruby Dee, desarrollaron un impotante papel dentro del movimiento en favor de los derechos civiles, siendo amigos personales de Malcolm X, Jesse Jackson o Martin Luther King.



Amén de revolucionar las pantallas con un título de importancia histórica como Algodón en Harlem (1970), Davis realizó en 1973 este estimable black thriller que se introducía en el resbaladizo mundo del vigilantismo pero que no evitaba un componente crítico con el tema de la droga. En resumen, una vengeance-movie que no olvidaba su elemento activista.


Gordon, un exviet encuentra un escenario desolador a su regreso al hogar. Su antiguo barrio ha caido en manos de los señores de la droga y su esposa ha sido víctima de la mortal plaga. Tras un primer intento de resolver las cosas por su cuenta, Gordon monta un operativo con algunos compañeros excombatientes montando una guerra abierta contra los hampones y traficantes. Su lucha tendrá consecuencias.


La Guerra de Gordon (1973) es uno de los más estimables black thrillers de los 70. Un relato de acción claro, directo, conciso, que no olvida introducir en su desarrollo aspectos dramáticos, un agradecido tono documental en sus imágenes y un notorio mensaje que la aleja del victimismo de Death Wish y cia. La droga es el enemigo a batir y aunque los enemigos aparentes son delincuentes negros, el hombre blanco desde sus lujosos despachos corporativos controla y se enriquece con la evidente decadencia de gran parte de la población negra.


La toma de postura es lógica y aunque hay algunas arengas al respecto, el film evita dar a la acción de Gordon un caracter épico o triunfalista a sus actos. No hay frases lapidarias, ni gestos apologéticos de cara a la galería ni tampoco una victoria final. En sus últimas imágenes, y una vez realizada la fría y distante vendetta, Gordon acabará solo en un parque recordando tiempos mejores.


Sus contadas escenas de acción, expeditivas y realistas, trufan el desarrollo de la narración con sus momentos álgidos para no desorientar al aficionado al policiaco más taciturno. Davis se muestra certero en la descripción de los ambientes desolados y tipologías por los que se mueve el mundo de la droga dotando al film de un inconfundible tono documental. A destacar un par de tiroteos, una persecución setentera de manual, y una excelente secuencia en montaje paralelo que acaba con la muerte de uno de los hombres de Gordon. El film como ya hemos apuntado acaba con una fría ejecución nocturma en off de uno de los principales mafiosos blancos, responsable de la dantesca situación planteada.


Estupendo reparto liderado por Paul Wingfield, Carl Lee, Tony King y David Downing, excelente fotografía de Victor J. Kemper y memorable soundtrack a cargo de los desconocidos Badder than Evil (entre cuyos miembros se encuentra el luego reconocido Angelo Badalamenti), la cantante Barbara Mason, New Birth y Sister Goose and The Ducklings. Aún siendo hoy uno de los títulos más recordados y populares del periodo, Gordon´s War desafortunadamente pinchó comercialmente, adquiriendo con el tiempo un pequeño pero consistente culto que la han rescatado del olvido.

Friday, April 8, 2011

SCREAM BLACULA, SCREAM (1973)


No tuvo suerte William Marshall en nínguna de sus dos encarnaciones del vampiro negro. Su capacidad actoral y su cuidado porte, desafortunadamente no tuvieron resultados satisfactorios en sus dos apariciones fímicas. Sin embargo, el díptico sobre el personaje Blácula ha permanecido como uno de los más representativos de la etapa dorada de la blaxploitation y en Grita Blacula Grita (1973) se aprecian algunas mejoras respecto al título original.


Willis, un aspirante a recoger el báculo de un culto vudu tras la muerte de su sacerdotisa resucita al vampiro negro con el fin de eliminar a su rival Lisa. El regreso de la criatura de la noche desencadenará acontecimientos no esperados.


En esta primera y a la postre, última continuación de las desventuras del africano príncipe Mamualde, se contó con Bob Kelljan detrás de las camaras, un director que había logrado modernizar la figura del vampiro con sus dos films sobre el conde Yorga. La apuesta de la AIP era clara, y se aprecia un intento de dotar un aura terrorífica y seria a la figura de Blácula, alejándola del componente romántico que ensombrecía la popular Drácula Negro (1972).


Un aspecto que se resalta en esta secuela, es la intrusión de aspectos vinculados al folclore popular afroamericano, concretamente la intrusión del vudú, elemento que ayuda a contextualizar uno de los elementos temáticos más reseñables de la historia: el vampiro quiere utilizar un ritual iniciático para deshacerse de su maldición eterna. Un segundo aspecto que se puede destacar de la presencia de Kelljan, es el limitar el territorio de la acciones del vampiro, organizando su nuevo reinado y su nueva legión desde una solitaria mansión. Esto ya lo había desarrollado en sus dos films del citado conde Yorga, obteniendo estimables resultados especialmente en El retorno del Conde Yorga (1971), título con la que esta secuela del vampiro negro guarda algunos puntos comunes.


Kelljan prolonga también su interés por modernizar la figura del vampiro en la sociedad actual (los años 70 en que fue realizada la película) utilizando por ello un enfoque realista, donde lo fantástico no está reñido con las consecuencias que suele traer la plaga (aparición de cadáveres, incredulidad generalizada de la población, negación de la realidad de las autoridades policiales...) y en ocasiones irónico, en apuntes ciertamente simpáticos y reseñables (el vampiro asesinando a un par de delincuentes, el enfrentamiento con las fuerzas policiales o demostrando su superioridad intelectual ante petulantes profesores universitarios, supuestamente expertos en artes africanas).


Esta ruptura con los modelos clásicos del upiro, es lo más reseñable del acercamiento de Kelljan en sus films de terror. En esencia y centrándonos en Scream Blacula Scream, hay una cercanía muy directa con el personaje protagonista, convirtiendo al vampiro negro en antiheroe de la aventura narrada, mucho antes que la propia postmodernidad neogótica situase a los chupasangre en tal condición.


Desafortunadamente, no todo son buenas noticias. El filme se ve lastrado por un guión farragoso que no logra dinamizar las ideas apuntadas y donde los mejores momentos tienen que ver con las presencia de William Marshall en pantalla. Buena prueba de ello es el larguísimo prólogo que precede la resurrección de los muertos o las no siempre afortunadas apariciones policiales. Tampoco el citado elemento vudú es desarrollado satisfactoriamente en la trama, quedando más como un aditivo lustroso aunque finalmente vacuo. En lo que si salimos ganando es en la reducción al máximo de las escenas románticas o la desaparición de momentos humorísticos (el bueno de Ji-Tu Cumbuka no aparece ni sus delirantes chascarrillos tampoco).


Los fans de la serie pueden disfrutar con unos títulos de crédito animados firmados de nuevo por Sandy Dvore, la presencia de la espectacular Pam Grier (no obstante, desaprovechada en su papel), la presencia del gran Michael Conrad (el sargento Esterhaus de Hill Street Blues) y como ya hemos citado, de la excelente interpretación de William Marshall. Su grito final no tuvo demasiadas consecuencias.

Wednesday, December 1, 2010

JOSHUA (1976)


Al final de la guerra de secesión, un exsoldado negro llamado Joshua se encuentra con la triste noticia del asesinato de su madre a manos de un grupo de bandidos. Los facinerosos asaltaron el rancho en el que ella trabajaba, dejando malherido al dueño y secuestrando a la novia de éste (trás haberla violado), a la cual había comprado un tiempo antes. Joshua emprende una misteriosa venganza en la que de manera taciturna irá aniquilando uno a uno a los responsables de la muerte de su madre.


El último de los westerns protagonizados por Fred Williamson en los 70, es este desangelado y más bien pobretón trabajo, que aparentemente remite (como ya se ha comentado en otros lugares) a los ejercicios de género realizados unos años antes en Europa. Al menos, en lo que se refiere a la temática y la caracterización del personaje de Williamson, ya que la extraña realización a cargo de Larry G. Spangler conecta de manera involuntaria con el díptico de Monte Hellman*: la frialdad expositiva, la escasa relevancia de las escenas de acción, el acercamiento cuasi-documental al paisaje, la propia interpretación del protagonista...


Conocido tambien como Black Rider, este western ofrece muy pocas cosas destacables. El abúlico ritmo de su narración se ve acompañado por una desafortunada banda sonora, que refuerza aún más la sensación de indiferencia que provoca la historia contada. Las pocas escenas de acción carecen del impetu de los citados modelos europeos, y el desarrollo de la historia no profundiza en ningún aspecto en concreto. Sirvan como ejemplo dos detalles: la mujer secuestrada sufre un inesperado cambio de personalidad nunca explicado y Joshua pretende mostrarse aunque sin conseguirlo, como un personaje modelo aunque sin cargar las tintas en el consabido mensaje racial (algo que le diferencia de sus anteriores westerns).


El guión del propio Williamson se muestra ingenuo y dubitativo en muchas ocasiones, optando por describir con escasas pinceladas a la mayoría de personajes sin que las propias acciones del protagonista alcancen un peso dramático en la narración. Joshua suelta algunas frases lapidarias sin lograr en ningún momento el efecto deseado. Por lo demás, el film incluso nos evita disfrutar de la presencia de Isela Vega, muy apagada en su rol y nos proporciona un momento francamente delirante en un enfrentamiento entre nuestro protagonista y un grupo de forajidos que parecen sacados de cualquier anuncio televisivo de Marlboro.


Joshua (1976) producida por la Po´Boy Productions (compañía del propio Williamson) es una recomendación exclusiva para completistas de la filmografía de Hammer o asiduos de la blaxploitation sin ánimos de sacar nada provechoso.

*Me refiero lógicamente a sus dos westerns: A través del Huracán (1965) y la excelente El Tiroteo (1967).

Monday, November 22, 2010

SHAFT BY ERNEST TIDYMAN



Iniciamos de manera extraña y algo abstraida, un pequeño especial dedicado al popular detective negro creado en el año 70 por el escritor y guionista Ernest Tidyman (escribo estas líneas mientras suena el gran George Clinton en directo en mi reproductor, ya habrá tiempo para hablar y disfrutar de Isaac Hayes). Lógicamente, la popularidad de John Shaft es debida especialmente al boom de las películas y de los temas músicales que acompañaron su sorprendente irrupción en 1971 y pocos recordarán o sabrán que existe una base literaria sobre la que surgió el personaje. De nuevo un caso en que la popularidad del personaje ensombrece al autor.


Ernest Tidyman nació en Cleveland en 1928 y era hijo de un periodista dedicado a la información criminal. La profesión del padre cundió rapidamente en él y muy pronto empezó a trabajar desde abajo en el mundo de la prensa donde aprendió a escribir mientras trabajaba para Cleveland News y posteriormente para el New York Post. En 1966, le tenemos como editor del New York Times, medio en el que trabajaba desde comienzos de los 60, y donde estuvo hasta finales de los 60, cuando abandona el periodismo para dedicarse a la literatura y a la escritura de guiones.


La creación de Shaft tuvo lugar en el año 70, probablemente influida por los cambios sociales que desde unos años antes se estaban produciendo en la sociedad americana, si bien Shaft no es para nada una pieza discursiva de realismo social. Este detective privado seguía las pautas establecidas en el genero negro por maestros como Hammett o Chandler o escritores con menos infulas literarias como Mickey Spillane. En este caso, se creó más de lo mismo pero con un cambio racial que le diferenciaba de Spade, Marlowe o Hammer. En esto tampoco había novedades: Ed Lacy una década antes había presentado en sociedad al detective negro Toussaint Moore y sin animo de ser exhaustivo, el maestro Chester Himes había practicamente concluido el ciclo Harlem. En definitiva, Ernest Tidyman creo un pieza sencilla de literatura hardboiled, sin animo revanchista o innovador, que basicamente integraba en la cultura pop algo demandado por el público. El éxito de Shaft le llevó a desarrollar al personaje en 7 novelas llegando a matar al personaje en la última, en un gesto irónico y francamente anticomercial.


El personaje fue rapidamente acogido por el mundo del cine, medio donde Tidyman tuvo varias alegrías. El mismo año de Las Noches Rojas de Harlem (1971), se encargará del guión de French Connection (1971), el excelente policiaco de William Friedkin, por el que llegará a recibir diversos premios, entre ellos el oscar al mejor guión adaptado. El otro trabajo conocido dentro de su trayectoria fímica es el guión de Infierno de Cobardes (1973), primer western dirigido por Clint Eastwood.

Ernest Tidyman falleció en 1984, siendo uno de los pocos blancos en ser reconocido por la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) por su labor en la serie Shaft, algo ciertamente llamativo dadas las duras críticas que el personaje y especialmente las películas recibieron de los sectores afroamericanos más comprometidos.

Tuesday, November 16, 2010

SHAFT ON TV


Inesperada sorpresa la que nos tienen hoy deparada en la TV. Nada más y nada menos que Las noches rojas de Harlem (1971) primera aparición en pantalla del detective negro creado por el escritor Ernest Tidyman. Una detective story bastante correcta, bien dirigida por el polifacético Gordon Parks y con uno de los soundtracks más rompedores de la época. Verla hoy nos puede permitir recalar en detalles que con el tiempo cobran un nuevo valor: la chulería cool con la que Richard Roundtree se pasea por la pantalla como si fuera (en el fondo lo es) uno de los reyes de Nueva York; disfrutar de la aparición de Drew Bundini Brown como matón del mafioso Bumpy Jonas (el Johnson se lo ahorraron por si había algún problema); regocijarnos de nuevo con el breve papel de Antonio Fargas, el mejor chivato que ha dado el cine, con permiso de Peter Lorre; y en definitiva, sentir la intensidad de su inesperadas y electrizantes secuencias de acción. Con permiso de Eastwood y Bronson, Shaft les venció en un territorio que ellos pisaban poco...y no me refiero a las calles de Harlem por las que se mueve nuestro protagonista. Pronto nos ocuparemos de este auténtico Black Hero. La película se emite hoy en la sexta 3 a eso de las 00:15. Por mi que siga la fiesta blaxploiter en televisión.

Monday, October 25, 2010

STAYIN´ ALIVE (1977)


Título y cartel alternativo de Fight for your life, por si el público afroamericano no se había enterado sobre quien ponía las cosas claras en la película. Los fans de Tony Manero tuvieron que esperar un poco a que Sly se pusiese detrás de las cámaras.

Saturday, October 23, 2010

FIGHT FOR YOUR LIFE (1977)


En 1977 la blaxploitation era algo ya del pasado y aunque se seguian estrenando títulos para el público de color, la eclosión de principios de los 70 era ya un recuerdo. Sin embargo, los productores y directores más avezados en el cine de explotación seguían suministrando buenas dosis de acción y violencia, teñidas en este caso de sucias connotaciones raciales.


Defiende tu vida tiene el honor de pertenecer a la miserable lista británica de los video nasties lo que la convierte a su pesar en pieza codiciada por los coleccionistas más aviesos. Si a esto añadimos el padrinazgo de Quentin Tarantino en su rescate y una esplendorosa reedición en DVD y Blue Ray a cargo del sello Blue Underground, la ecuación cult movie la tenemos ya cerrada.


Tres peligrosos delincuentes, escapan de un furgon blindado iniciando una violenta carrera teñida de sangre y muertos, sin ningún motivo lógico para sus acciones. Tras asaltar y asesinar algún que otro infortunado ciudadano, dan con sus huesos en la casa de un predicador negro y su familia a los que someterán a todo tipo de vejaciones. Sin embargo, la familia responderá en consecuencia al brutal secuestro.


Cambio de tornas a un argumento ya conocido. Los delincuentes no son de color: uno es blanco, violento y racista, y los otros dos, uno hispano y el otro oriental, rozan la caricatura en sus caracterizaciones. La familia acomodada que asaltan es de color, asentada y respetable, lo que la convierte en modelo a seguir para el espectador medio. Lo más interesante de la propuesta es la creciente tensión racial desarrollada en un escenario cerrado, especialmente en lo dialéctico y posteriormente en lo violento.


No faltan las violaciones, los asesinatos a sangre fría (un dependiente, un niño y una joven blanca antigua novia del hijo mayor de la familia fallecido...), algún flashback fuera de lugar, escenas irrisorias y el habitual sesgo reaccionario en favor de la autodefensa. Hay que reconocer que sus creadores no juegan muy limpio: los asesinos son carroña que quieres que mueran rapidamente desde el primer momento, y la familia es tan inocente que esperas que acaben con los facinerosos ante la habitual discrección de las fuerzas del orden.


Fight for your life es un rocoso cruce entre el clásico Horas desesperadas (1955, William Wyler) y la prole generada por La ultima casa a la izquierda (1972, Wes Craven), sin la genialidad de la primera ni tampoco la contundencia de la segunda. Aún así, en su modestia es un film moderadamente entretenido, de montaje aseteado y poco uniforme, y siempre atento a despertar las más bajas pasiones del público receptor. Dirige el poco conocido Robert A. Enderson y en su reparto destacan las presencias del siempre estupendo William Sanderson y Robert Judd, un actor de escasa carrera y que nos hubiese gustado verle más en pantalla.

Thursday, October 14, 2010

BLACK BRIGADE (1970)


No fue el cine bélico un género utilizado en los 70 por las producciones afroamericanas. En todo caso, las consecuencias de la guerra de Vietnam fueron empleadas de manera muy secundaria en algunos black thrillers, con las lógicas excepciones (siempre La Guerra de Gordon viene bien en estos casos). Sin embargo, aunque el western brilló con cierta asiduidad en estos años de la blaxploitation, la Segunda Guerra Mundial destaca por su ausencia a pesar del éxito de muchas producciones bélicas desde mediados de los 60.


No solo eso, sino que la presencia de soldados afroamericanos en combate en tal cruenta guerra siempre ha pasado de puntillas en las producciones americanas posteriores. Un dato, el estrepitoso fracaso en taquilla de Milagro en Santa Ana (2008), especie de contestación de Spike Lee a las producciones bélicas de Eastwood y Spielberg, ha impedido que la película se haya visto con normalidad en el resto del mundo (aquí ni siquiera se ha estrenado, a pesar de ser una película francamente interesante).


Brigada Negra, también conocida como Carter´s Army, narra la operación de un comando de soldados negros, liderados por un oficial blanco con sus prejuicios raciales, para evitar que los soldados alemanes vuelen una presa de vital importancia para el avance aliado.


Este telefilme, estrenado a comienzos de 1970, se adelantó demasiado a su tiempo, aunque sus resultados no fuesen excesivamente satisfactorios. Si Black Brigade se hubiese puesto en marcha un par de años después, posiblemente hubiese ganado algo en presupuesto y habría accedido a las pantallas cinematográficas. Película bélica narrada con corrección y torpeza, Brigada Negra expone con voluntariosa ingenuidad el racismo con el que tuvieron que lidiar muchos soldados afroamericanos durante la II Guerra Mundial. Por lo demás, la película no se aleja demasiado del esquema de las habituales producciones bélicas: escaramuzas de todo tipo, muertes heroicas, momentos de humor (lógico, estando Richard Pryor), algo de drama, miedo al combate, algún momento ridículo (no parece muy apropiado enviar a un soldado sordo a una misión de estas características)....y como novedad la tensión racial que florece en algunas (las mejores) escenas del film.


Destacar aparte de algún momento aislado, un estupendo cast digno de las mejores blaxploitation: Robert Hooks, Richard Pryor, Moses Gunn, Rosey Grier, Billy Dee Williams, Glynn Turman...y encabezando el reparto Stephen Boyd. Produce Aaron Spelling, un pope de la TV americana, y dirige George McCowan (otro todoterreno del mundo televisivo).

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